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jueves, 7 de enero de 2010

post viejos parte 7

Un día como hoy... pero sin salida de emergencia, Genital, el Ecuánime, escuchó “We are The World” y se puso como loco. Corrió por toda la ciudad, ingresó a una escuelita de fútbol e intentó atacar a los jugadores. Dos delanteros de la división ’99 lograron reducirlo, pero él, desquiciado, no paraba de gritar: “¡Michael vive! ¡Michael vive!”

Un día como hoy... pero azul como el mar aaazuul, Genital, el Anacoreta, decidió dejar el "Dúo Semblanzas". Los problemas de su compañero musical con el alcohol habían quebrantado la relación, llevándola hasta el mismo odio, a pesar de tratarse de su hermano siamés. Genital quiso iniciar una carrera como solista pero no pudo, su hermano estaba siempre allí, haciéndole coros totalmente en pedo.

Un día como hoy… pero con chicharrón, Genital, el Promiscuo, visita a Don Vicente López y Planes. Ambos beben hasta altas horas de la madrugada y salen a buscar a la prostituta más reconocida de la época, Dña. Gloria Ocampo Lemos (GOL). Luego de ser atendidos por la meretriz, los amigos regresan a su casa cantando “Oh juremos por Gloria morir, ooooooooh juremos por gloria morir!!!”


Un día como hoy… pero más acartonado, Genital, el Insidioso, presentó, en el Instituto de Altos Estudios y Boludeces de Punta Pete, su tesis acerca de la Corriente del Niño. Dada su aparición en forma esporádica, el Insidioso concluyó que la misma se trata de una Corriente Alternada.

Un día como hoy… pero al óleo, Genital, el Vilipendiado, murió en combate tras ser alcanzado por una bala de cañón, que literalmente lo partió al medio. Al tercer día resucitó, pero solo la mitad de abajo, la que vagó y vagó buscando su otra parte. Al mes fue apresado en Tucumán por exhibición obscena, pero en pocos minutos quedó libre, dado que la policía no encontraba dónde ponerle las esposas.

Un día como hoy… pero a rayas, Genital, el Vituperador, intentó tomar por asalto la ciudad de Mar del Tuyú en pleno enero, pero vio que había mucha gente y se volvió.

Un día como hoy… pero con crema, Genital, el Mohoso, recibió un mail que decía que mirar la Cruz del Sur a medianoche le daría fortuna. La primera noche fue cagado en un ojo por un tero nómade. En la segunda le agarró anginas. La tercera terminó con el cogote tieso. Al cuarto día dijo: “Esto me pasa por no haber reenviado el mail a todos mis amigos”. Durante la quinta jornada recibió miles de puteadas.


Un día como hoy… pero en NTSC, Genital, el Perspicaz, donó su cerebro para que la ciencia lo estudie. Hasta el día de hoy, los jóvenes abnegados estudiantes de la Facultad de Ciencias Económicas no saben qué hacer con él.

Un día como hoy… pero en cinemascope, Genital, el Voluble, descifró el código genético de la impotencia, dos noches después de haber sido pateado por una conocida modelo. Buscó el padrinazgo de un laboratorio para desarrollar su investigación, pero nadie lo apoyó. Eso lo hizo sentir muy impotente.

Un día como hoy… ¡pero no se me achique!, Genital, el Astroso, descubrió un fósil precámbrico en Laguna Mocha y convocó a la prensa de Punta Pete para mostrar su hallazgo. Para cuando los medios llegaron, ya los perros se habían llevado todos los huesos.

Un día como hoy… pero súper sex, Genital, el Silente, al frente de su Ejército Rebelde, triunfó en la Batalla de Pocas Ubres, en la que se jugaba la liberación de Punta Pete. La victoria se dio recién en el último minuto, gracias a un dudoso penal. Pero, por la propia naturaleza de la rebeldía, el Silente se negó a aceptar el triunfo y se le descontaron 3 puntos.


Un día como hoy… pero Genital, el Diletante, en su acto mayor de magia genital, hizo levitar a su suegra a 152 metros sobre el nivel del mar. Tanto la hizo subir que después se olvidó, la vieja cayó sobre él justo cuando trataba de sacar un conejo de su galera.

Un día como hoy… pero extra large, Genital, el Desahuciado, llegó a la Argentina con una mano atrás y la otra adelante. Buscó trabajo por todos lados, pero en esa posición era difícil, nadie quería contratar a un tipo que se cubría las partes pudendas todo el tiempo. Así, vagó hasta que llegó a un club y consiguió un lugarcito en la barrera para los tiros libres en contra. ¡Menos mal que acá no estaba Berlusconi!

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