Un día como hoy… pero despinado, Genital, el Ayo, se sentó bajo un lapacho colorado, con el sol quemando sus entrañas, peló la viola y cantó con voz profunda: “La vida es una empanada, quien la repulga la tiene, y ¡ojo! que hablo de empanaaaaaaadas y no de gruesos panqueques…”
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